lunes, 22 de junio de 2009

Iglesia San Francisco
Plegarias, recovecos e historia






La iglesia San Francisco, ubicada en pleno centro de la capital, fue construida en el año 1572 con el objetivo de salvaguardar la figura de la Virgen del Socorro, traída por Pedro de Valdivia.




La imagen se encuentra ubicada en lo alto del altar principal. Mide aproximadamente 27 centímetros y según el sacristán de la iglesia, Johny Brito, la historia cuenta que el fundador de Santiago la traía en sus brazos cuando entró por primera vez en la cuenca capitalina.


A manos de la orden franciscana, la iglesia fue declarada monumento nacional el 6 de julio de 1951.











De influencia netamente católica, el lugar aún mantiene esculturas que datan del siglo XVII






La construcción del recinto religioso comprende altas columnas que sostiene la torre principal, caracterizada por el famoso reloj que siempre está a la hora.









Influencias coloniales conforman sus espacios llenos de plegarias y súplicas de los fieles.




Tres naves componen su estructura donde centenares de fieles y turistas visitan a los distintos santos e imágenes religiosas que la decoran.









La dimensión de sus ostentosas construcciones y el cuidado que aún las mantienen en pie maravilla a los visitantes.







Uno de los que atrae mayor número de fieles es el Señor de la Caña, una imagen de madera, traída desde Perú.








Placas de agradecimiento por distinto favores concedidos llenan los distintos espacios donde feligreses oran por sus peticiones (foto cruz, virgen y Jesús)






Es justamente la diversidad de santos en esta iglesia la que llama más la atención a los turistas y de los extranjeros residentes en Chile.






Los hermanos franciscanos son sepultados en la misma iglesia, lugar donde, a través de sus votos de pobreza, deben permanecer hasta la hora de su muerte.

domingo, 21 de junio de 2009

Aún en la memoria

Por: Natalia López Zamorano.-




Por segundo año consecutivo, Londres 38, la casa que funcionó como centro de detención, tortura y exterminio por parte de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) durante el Gobierno Militar, fue abierta al público en el marco del día del Patrimonio Cultural, siendo visitada por más de mil 500 personas.







Con largas filas por momentos, la gente aguardó paciente su turno para entrar a la vivienda y ser testigos de las visitas guiadas que realizaron ex detenidos sobrevivientes de Londres 38, quienes no escatimaron en esfuerzo por contar su historia y revivir la agonía que las frías paredes de la casa parecieran mantener aún guardadas.

Testigos de la desaparición de 94 personas, 81 hombres y 13 mujeres, Londres 38 funcionó como centro de operaciones del Gobierno Militar desde 1973 a 1974, marcando en la historia de nuestro país una herida profunda y oscura, la que se intentó borrar cuando la dictadura cambió la numeración 38 por 40 para que las denuncias en contra de aquella propiedad apuntaran a una dirección inexistente.



Pese a las iniciativas para borrar de la historia lo acontecido, la memoria de sus víctimas y familiares, se mantiene intacta en ellas. Por esto, aunque cada vez que reviven lo sucedido se posa en sus gargantas un nudo, cuentan su relato para no olvidar que en nuestro país sí se violaron los Derechos Humanos.







Con los ojos vendados la mayor parte del tiempo en pequeñas habitaciones al interior de la casa y con sólo una comida diaria cuando la voluntad se hacía presente en quienes estaban a cargo de Londres 38, los detenidos debieron agudizar sus sentidos para lograr descubrir dónde los tenían prisioneros.







De esta manera, el oído se convirtió en su mayor aliado, pudiendo escuchar con claridad las campanas de la iglesia San Francisco y la música de los juegos Diana, señales con las que luego de haber salido del lugar lograron dar con esta localidad cuando dejó de ser centro de torturas.







Gracias a las gestiones de pequeños grupos de familiares de las víctimas, ex detenidos sobrevivientes y algunas organizaciones sociales, el 2005 Londres 38 fue declarado monumento histórico y adquirido en el 2007 por el Estado de Chile.






Dentro de las propuestas que barajó el ejecutivo para la casa, fue constituirla como sede del Instituto de Derechos Humanos. Sin embargo esta opción no fue acogida por la mesa de trabajo para Londres 38, tras lo cual en septiembre del 2008 se anunció que la casa será un espacio de memoria.





Memoria para muchos olvidada, ni siquiera oída o de la que ya no quieren ser parte, memoria que le pertenece tanto a quienes estuvieron en este centro como a quienes no, independiente de ideologías y edades.









Con los adoquines cubiertos por claveles rojos en señal de recuerdo a las víctimas de Londres 38, la casa cerró sus puertas para trabajar en silencio el espacio que pretende ser de promoción de la cultura de los Derechos Humanos en un tiempo no lejano.