Hotel Vegas
LA HISTORIA DETRÁS DE SUS HABITACIONES
El tradicional recinto, ubicado en el barrio París Londres, esconde misteriosas historias y dificultades para su mantenimiento.
Por: Camila Pérez Hidalgo
Dentro del histórico barrio París Londres, se encuentra ubicado el Hotel Vegas, que remonta sus inicios al año 1925, cuando los franciscanos decidieron vender esas tierras –que pertenecían a la iglesia- por problemas económicos. De ahí que una inmobiliaria se hizo cargo de la construcción de estas cuatro cuadras que nos llevan en un abrir y cerrar de ojos a la Europa antigua, esa con ostentosas formas en las casas, con la antigüedad que la arquitectura de este barrio aún mantiene.
Este hotel debe su nombre a que justamente ahí –Londres #49- era el lugar donde los monjes cultivaban sus tierras, los huertos, es decir las vegas.
Con una pequeña fachada, este hotel recibe a cientos de turistas que lo visitan por año. En su construcción confluyen las mismas influencias que caracterizan al barrio. Estilos neoclásico francés, neocolonial y renacentista dan una ambientación acorde a la época.
Escalas de madera guían los tres pisos del inmueble, que posee 20 habitaciones, con una capacidad máxima para unos 40 pasajeros. Fotos de Santiago en los años 20 decoran las amplias paredes que se contradicen la pequeña entrada. Pese a ser un lugar pequeño, en él se encuentran las comodidades que ostentan las grandes cadenas hoteleras.
Según Nayda Fernández, dueña del hotel, la mayoría de los extranjeros que lo visitan provienen de Europa, y en su totalidad son personas mayores, que prefieren sus comodidades tanto por lo clásico de su ambientación como por el confort que el recinto hotelero entrega. Explica que “hay un tema de familiaridad desde donde ellos vienen. Porque es un hotel chico donde el pasajero no es un número estadístico, sino que es una persona con nombre y apellido. Si tú tienes 20 habitaciones, sabes quién está en cada habitación…Es como estar en casa”.
El vil dinero
LA HISTORIA DETRÁS DE SUS HABITACIONES
El tradicional recinto, ubicado en el barrio París Londres, esconde misteriosas historias y dificultades para su mantenimiento.
Por: Camila Pérez Hidalgo

Dentro del histórico barrio París Londres, se encuentra ubicado el Hotel Vegas, que remonta sus inicios al año 1925, cuando los franciscanos decidieron vender esas tierras –que pertenecían a la iglesia- por problemas económicos. De ahí que una inmobiliaria se hizo cargo de la construcción de estas cuatro cuadras que nos llevan en un abrir y cerrar de ojos a la Europa antigua, esa con ostentosas formas en las casas, con la antigüedad que la arquitectura de este barrio aún mantiene.
Este hotel debe su nombre a que justamente ahí –Londres #49- era el lugar donde los monjes cultivaban sus tierras, los huertos, es decir las vegas.
Con una pequeña fachada, este hotel recibe a cientos de turistas que lo visitan por año. En su construcción confluyen las mismas influencias que caracterizan al barrio. Estilos neoclásico francés, neocolonial y renacentista dan una ambientación acorde a la época.
Escalas de madera guían los tres pisos del inmueble, que posee 20 habitaciones, con una capacidad máxima para unos 40 pasajeros. Fotos de Santiago en los años 20 decoran las amplias paredes que se contradicen la pequeña entrada. Pese a ser un lugar pequeño, en él se encuentran las comodidades que ostentan las grandes cadenas hoteleras.
Según Nayda Fernández, dueña del hotel, la mayoría de los extranjeros que lo visitan provienen de Europa, y en su totalidad son personas mayores, que prefieren sus comodidades tanto por lo clásico de su ambientación como por el confort que el recinto hotelero entrega. Explica que “hay un tema de familiaridad desde donde ellos vienen. Porque es un hotel chico donde el pasajero no es un número estadístico, sino que es una persona con nombre y apellido. Si tú tienes 20 habitaciones, sabes quién está en cada habitación…Es como estar en casa”.
El vil dinero
Pese a que el Hotel Vegas se encuentra ubicado en el centro de un barrio declarado como zona típica y que el mismo hotel ha sido declarado monumento nacional, Nayda manifiesta que las autoridades no visitan el hotel ni menos regulan su correcto funcionamiento al tener esa categoría. “Yo en este hotel llevo 15 años y jamás he visto a alguien del consejo (de monumentos) que lo haya visitado. Ellos jamás. Antes, cuando mi padre era dueño, sí, cuando se declaró el barrio como zona típica” explicó.
Es más. Su dueña argumenta que nunca han tenido el apoyo para dar un mayor reconocimiento e incentivo a los hoteles que se encuentran en el barrio. “Por ejemplo, si yo quiero pintar el hotel, no es que se me ocurra pintarlo, agarro la brocha y me pongo a pintar. Hay que pedir permisos especiales. Hay que llevar los colores que tú decidiste poner y que (el consejo) te apruebe esos colores”.
Fernández indica que las autoridades en vez de ayudar “te ponen más trabas. Tú quieres hacer algo pero no puedes, no te dejan. Todo es un trámite. Pintar el hotel son meses para que finalmente te aprueben el color. O sea todo es burocracia”. Ella tampoco pide que le regalen el dinero, pero “a lo mejor podría ser la patente más barata, o el letrero que tu pones afuera que no lo cobren tan caro. Hay miles de cosas que se podrían rebajar a estos lugares que son monumentos nacionales”.
Por su parte, agrega que la poca preocupación por este tipo de construcciones no pasa sólo por su hotel, sino que con todas las construcciones que aún perduran sin ningún cuidado. “Creo que a Chile le falta mucho más preocuparse de sus zonas antiguas. Santiago tiene lugares maravillosos y todo lo que se ve restaurado y bonito es (por) la iniciativa de los particulares. A nivel de gobierno existen políticas, pero no existe una ayuda. Exigen mucho, pero no hay nada de aporte” sentenció.
“Sí, las camareras dicen que aquí pasan cosas”
Es más. Su dueña argumenta que nunca han tenido el apoyo para dar un mayor reconocimiento e incentivo a los hoteles que se encuentran en el barrio. “Por ejemplo, si yo quiero pintar el hotel, no es que se me ocurra pintarlo, agarro la brocha y me pongo a pintar. Hay que pedir permisos especiales. Hay que llevar los colores que tú decidiste poner y que (el consejo) te apruebe esos colores”.
Fernández indica que las autoridades en vez de ayudar “te ponen más trabas. Tú quieres hacer algo pero no puedes, no te dejan. Todo es un trámite. Pintar el hotel son meses para que finalmente te aprueben el color. O sea todo es burocracia”. Ella tampoco pide que le regalen el dinero, pero “a lo mejor podría ser la patente más barata, o el letrero que tu pones afuera que no lo cobren tan caro. Hay miles de cosas que se podrían rebajar a estos lugares que son monumentos nacionales”.
Por su parte, agrega que la poca preocupación por este tipo de construcciones no pasa sólo por su hotel, sino que con todas las construcciones que aún perduran sin ningún cuidado. “Creo que a Chile le falta mucho más preocuparse de sus zonas antiguas. Santiago tiene lugares maravillosos y todo lo que se ve restaurado y bonito es (por) la iniciativa de los particulares. A nivel de gobierno existen políticas, pero no existe una ayuda. Exigen mucho, pero no hay nada de aporte” sentenció.
“Sí, las camareras dicen que aquí pasan cosas”
Como se dice “cada hotel tiene su fantasma” y este no es la excepción. Una de las historias más sangrientas que se recuerde en la criminología chilena tuvo lugar en este recinto.
En el año 1968 el famoso Enano Maldito, como era apodado José González Agüero, eligió este lugar -cuando se llamaba Hotel Princesa- para matar a una prostituta con la finalidad de robarle la recaudación de la noche. Según Nayda Fernández este hecho se recuerda tanto porque “en ese tiempo Santiago era un pueblo, no habían asesinatos así… tan terribles. La descuartizó, le sacó la cabeza. Fue súper comentado”.
El crimen fue perpetrado en la habitación número dos del hotel, y cuando chilenos de avanzada edad se hospedan en el lugar, recuerdan la gran conmoción que causó un asesinato de ese calibre en nuestro país. Recién en el año 1978 se dio con el paradero del Enano, quien fue descubierto en una redada policial donde reconoció el terrible homicidio por el cual es conocido el Hotel Vegas.
Pero no sólo ese acontecimiento recuerda su dueña. En el año 1998 una pareja de turistas brasileños pasaban su luna de miel en Santiago y se hospedaron en el Hotel. El esposo, un profesor, mató a su mujer con un bate para cobrar un seguro de vida. El cuerpo de la brasileña fue encontrado en el sector de La Pirámide por un vecino. Nayda recuerda que “fue terrible, porque tuvimos que reconocer el cuerpo, ya que éramos los únicos que la conocíamos. Menos mal que no la mató dentro del hotel”.
Por estas y otras muertes naturales que se han producido en el mítico Hotel Vegas, las camareras “afirman que aquí pasan cosas. En las noches sienten que arrastran maletas…qué se yo. Afortunadamente, yo no he sentido nada” concluyó Fernández.
FUENTE IMÁGENES
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAcITIkI3SJhSXItH69RRSsbCvPM5WbFtR6q30ynciBhLVmj2NZSb0lunXKTHhSm2mG8ISjhzpX8VudiMH1aWdmEwHWvZz_VcBxvn_Iqv7tdPtMwpaUW1ozF8sBhw4SXYA5WqGWf8inGSF/s400/hotelvegas01.jpg
http://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-s/01/12/b7/6d/the-hotel-exteriors.jpg
En el año 1968 el famoso Enano Maldito, como era apodado José González Agüero, eligió este lugar -cuando se llamaba Hotel Princesa- para matar a una prostituta con la finalidad de robarle la recaudación de la noche. Según Nayda Fernández este hecho se recuerda tanto porque “en ese tiempo Santiago era un pueblo, no habían asesinatos así… tan terribles. La descuartizó, le sacó la cabeza. Fue súper comentado”.
El crimen fue perpetrado en la habitación número dos del hotel, y cuando chilenos de avanzada edad se hospedan en el lugar, recuerdan la gran conmoción que causó un asesinato de ese calibre en nuestro país. Recién en el año 1978 se dio con el paradero del Enano, quien fue descubierto en una redada policial donde reconoció el terrible homicidio por el cual es conocido el Hotel Vegas.
Pero no sólo ese acontecimiento recuerda su dueña. En el año 1998 una pareja de turistas brasileños pasaban su luna de miel en Santiago y se hospedaron en el Hotel. El esposo, un profesor, mató a su mujer con un bate para cobrar un seguro de vida. El cuerpo de la brasileña fue encontrado en el sector de La Pirámide por un vecino. Nayda recuerda que “fue terrible, porque tuvimos que reconocer el cuerpo, ya que éramos los únicos que la conocíamos. Menos mal que no la mató dentro del hotel”.
Por estas y otras muertes naturales que se han producido en el mítico Hotel Vegas, las camareras “afirman que aquí pasan cosas. En las noches sienten que arrastran maletas…qué se yo. Afortunadamente, yo no he sentido nada” concluyó Fernández.
FUENTE IMÁGENES
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAcITIkI3SJhSXItH69RRSsbCvPM5WbFtR6q30ynciBhLVmj2NZSb0lunXKTHhSm2mG8ISjhzpX8VudiMH1aWdmEwHWvZz_VcBxvn_Iqv7tdPtMwpaUW1ozF8sBhw4SXYA5WqGWf8inGSF/s400/hotelvegas01.jpg
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Es una de las mejores sensaciones el hecho de poder viajar. Ojala que pueda hacer algun viaje pronto. Tenia todo arreglado para viajar a los estados unidos, pero se cayo el hotel barato en las vegas que tenia reservado, una verdadera lastima
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